26.1.12

Yo no quiero ser una #socialholic

Estoy en las redes sociales. En varias. Por requerimiento profesional y por decisión personal. Me gustan, me motivan, me aportan información y opiniones que me interesan. Me divierten otras veces. Me mantienen conectada a gente que no puedo frecuentar... Soy una fan total del mundo 2.0 (ya en fase de superación y camino del 3.0, según algunos expertos...).

Pero no quiero ser una #socialholic.

El nuevo concepto está de moda. Ya se sabe que a los "dospuntoceristas" encantan estos vocablos: hashtags, trending topics, posts, widgets, tags, browsers, webblogs, moblogs, wikis... Es casi como un idioma nuevo... Si consigues introducir muchas de estas palabras en una misma frase, es que eres muy moderno, y además parece que hables japonés, lo cual también suma puntos. Estoy pensando que dedicaré un nuevo post exclusivamente a este tema, y puedo conseguir que sea trending topic, no sin elegir antes un buen hashtag... Sólo he conseguido aunar tres en una frase... Estoy todavía verde...

Bueno, volvamos al #socialholic. Ya véis que no puedo evitar mencionarlo ya en forma de hashtag... Lo admito, yo también soy "dospuntocerista", ya lo he dicho al principio, por otro lado...

Otros "holics"
A mi lo de #socialholic me remite a alcoholic y a workaholic. Y no es que me remita a mi, es que viene de ahí...  Alcoholic, lo entiende todo el mundo: alcohólico en inglés. No hace falta que explique que su connotación no es positiva. Nadie quiere ser un alcohólico. De ahí se creó el concepto workaholic, para definir a la gente adicta al trabajo. En la época (años 90) en que estaba muy bien visto ser un súper ejecutivo o ejecutiva, que trabajaba 12 horas al día y mínimo 6 días por semana, al final alguien se dio cuenta de que por muy de moda que estuviera, era una porquería de modelo de vida. Hubo toda una movida alrededor del concepto workaholic, todo un proceso para que algunos se dieran cuenta de serlo, y, posteriormente, boom de terapias y tratamientos para ayudarles a salir de ahí. Es decir, ser un workaholic tampoco era lo más.

Y ahora se pone de moda el concepto #socialholic. Planeta publica un libro titulado así, escrito por Juan Luis y Fernando Polo. Que seguramente me compraré. Y sin duda alguna leeré muy atentamente, y del cual aprenderé. Fernando Polo definía en una entrevista muy reciente el #socialholic como "alguien que está enganchado a la actualidad, con más capacidad para acceder al conocimiento gracias a sus hábitos sociotecnológicos, a sus conexiones personales y a su emoción por lo que le rodea. Alguien curioso, innovador, amante de su día a día. Alguien que no puede contener dentro esa emoción y se empeña en compartirla, en ocasiones con algo de ego subido, pero las más de las veces, consciente del valor que aporta a la comunidad, y del que extrae de la misma. Y en ese intercambio ve un mecanismo de cambio social y se muestra optimista ante un futuro incierto, pero apasionante. Alguien en resumen, que accede a más recursos y cuenta por tanto, con una mayor capacidad para innovar y salir adelante". 


Entonces, si lo que quieren expresar es eso, ¿por qué elegir el concepto #socialholic, que remite a adicciones y comportamientos enfermizos? Yo soy una gran usuaria de las redes sociales. Y me gusta la definición que dan. Estoy de acuerdo en que este perfil de personas es nuevo, y la descripción es bastante acertada. La comparto fundamentalmente.


Pero en mi opinión, #socialholic es una palabra mal elegida. Yo, como ya habéis leído, prefiero inventarme una mucho más divertida y positiva: "dospuntocerista". Además, la podremos ir actualizando: "trespuntocerista", "cuatropuntocerista"... y así hasta el infinito y más allá. Porque por más que lo intento, la otra opción me suena fatal. Y la referencia a la adicción está ahí. Y resulta que sí está sucediendo que hay personas que se enganchan a las redes, al ordenador, a los chats, a Facebook, a Twitter, a Tuenti... a.. a... a... Que son literalmente absorbidas por todo lo que Internet es capaz de ofrecernos hoy en día. Y esto es peligroso y habrá que aprender a detectarlo y a tratarlo. Por eso, creo que es mejor no jugar con la idea de adicción como algo positivo. 


O sea, que yo no quiero ser una #socialholic. 

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